| Los determinantes posesivos |
| Los determinantes posesivos sustituyen al giro de + persona gramatical, utilizado en la lengua escrita (casa de él = su casa), y, además, indican a qué persona del coloquio se refiere o pertenece lo nombrado por el sustantivo, y señalan, a la vez, si es uno o varios los poseedores del objeto de referencia: mi libro, nuestro libro. La forma que presentan los determinantes posesivos es: |
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| Aunque en español el uso de los determinantes posesivos es menos frecuente que en otras lenguas, en algunos usos lingüísticos, incluso, resultan redundantes (si bien esta “redundancia” aporta, en muchos otros casos, valores estilísticos y significativos); así ocurre en usos como: Nos metimos nuestras manos en nuestros bolsillos. Juan se quitó su sombrero. Tenía sus ojos negros. Ya se tomó Pilar su café (el de costumbre), etcétera. |
| Las formas de los determinantes posesivos antepuestos de un solo poseedor (para la tercera persona, también de varios poseedores) han sufrido un proceso de transformación fonética y se han apocopado y, además, han perdido su acento de entonación y han pasado a ser formas átonas: [mi libro, su padre], aunque es frecuente la pronunciación acentuada en buena parte de Castilla [mí libro, tú padre], pronunciación que resulta forzada para el resto de los hablantes. |
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