Completa con las palabras que faltan.
Amiga mía, lo sé, sólo vives por él; que lo sabe también.
Pero él no te ve como yo, suplicarle a mi boca que
que me ha confesado entre copas
que es con tu piel con quien sueña de noche y
que enloquece con cada botón que te desabrochas.
pensando en sus manos.

Él no te ha visto temblar esperando una palabra,
algún gesto, un abrazo.
El no te ve, como yo, suspirando,
con los ojitos abiertos de par en par,
escucharme nombrarle.

¡Ay amiga mía! lo sé y él también.
Amiga mía, no sé qué decir,
ni qué hacer para verte feliz.

Ojalá mandar en el alma o en la libertad,
que es lo que a él le hace falta;
llenarte los bolsillos de guerras ganadas,
de sueños e ilusiones renovadas.

Yo quiero regalarte una poesía,
tú piensas que estoy dando las noticias.
Amiga mía, ojalá algún día mi canción
de pronto que lo que nunca quise
fue contar tu historia porque resultar conmovedora.

Pero perdona, amiga mía,
no es inteligencia ni es sabiduría.
Ésta es mi manera de decir las cosas,
no es que mi trabajo, es que mi idioma.

Amiga mía, princesa de un cuento infinito.
Amiga mía, tan sólo pretendo que conmigo.
Amiga mía, a ver si uno de estos días
por fin aprendo a hablar sin tener que dar tantos rodeos;
que toda esta historia me importa porque eres mi amiga.